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Semana Santa 2024

Primer Domindo De Adviento

 

29 de Noviembre de 2020

CITAS BIBLICAS PARA LA LITURGIA

La liturgia del adviento proclama y celebra: “El Señor viene”. La espera es espera de oración, es espera de testimonio y agradecimiento por los bienes recibidos, y el evangelio nos invita a una espera vigilante pues no sabemos ni el cuándo ni el cómo.

 

ORACION

Oh Dios que derramas sobre nosotros la luz de la esperanza, en este comienzo del Adviento abre, Señor, los ojos de nuestro corazón, para que, sabiendo discernir tu voluntad en nuestra vida diaria, podamos vivirla siguiendo los pasos de Cristo Jesús. Por nuestro señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA: Is 63:16-17,19;64:2-7

El profeta Isaías nos enseña el camino hacia la santidad: reconocer con humildad lo que hemos hecho mal, y seguir esperando en la infinita y todopoderosa misericordia de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 80(79):2,15-16,18-19

R/SEÑOR, DIOS NUESTRO, RESTAURANOS, QUE BRILLE TU ROSTRO Y NOS SALVE.

 

  1. Escucha, pastor de Israel,
    que guías a José como un rebaño,
    tu que te sientas en los querubines,
    resplandece ¡Despierta tu valentía, ven y sálvanos! R/
     
  2. ¡Oh Dios todopoderoso, es hora de que regreses;
    mira de lo alto del cielo y contempla,
    visita esa viña y protégela,
    ya que tu derecha la planto! R/
     
  3. Que tu mano apoye al hombre que hace tus obras,
    al hijo de hombre que has hecho fuerte para ti.
    Ya no nos apartaremos más de ti,
    nos harás revivir y tu nombre invocaremos. R/

 

SEGUNDA LECTURA: 1Co 1:3-9

Ser cristiano es no olvidarse nunca de los muchísimos dones que hemos recibido de parte de Dios. Ser agradecidos con Dios nos llena también el corazón de esperanza: si Dios nos ha tratado hasta ahora con tanto cariño, no hay nada que temer en el futuro.

 

ACLAMACION DEL EVANGELIO: Sal 85:8

Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.

 

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS: Mc 13:33-37

El evangelio de San Marcos nos exhorta a la verdadera vigilancia. Vigilar es mantener la esperanza intacta; es estar siempre a la espera del Mesías.

 

 

TEMA: “TIEMPO DE LA ESPERA”

 

 El Adviento que empezamos este domingo es el “tiempo de la espera” activa de la venida de Jesús, que nace en el Belén de nuestros corazones. Tiempo de esperanza recuperada, frente al derrotismo de hoy día en medio de una sociedad envuelta en una pandemia, globalista y consumidora, metida también en guerras y terrorismo. Por lo tanto, es un tiempo también de conversión del corazón.

 Las lecturas de la Biblia para este domingo, nos hablan de la última venida de Jesús en gloria para juzgar al mundo, a toda la humanidad. Entre la primera venida de Jesús al nacer en la Navidad, venida en carne y pobreza, y esta última venida en gloria, está la segunda venida de cada vez: la venida en gracia para renovarnos.

En la primera lectura tomada del profeta Isaías se expresa ese deseo y espera de la venida del Señor: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Preparémonos pues, tal como nos lo recuerda San Pablo en la segunda lectura de hoy, tomada de su carta a los Corintios: “vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de que acusaros en el tribunal de Jesucristo Señor Nuestro”.

¿Cómo pues prepararnos para esa última venida del Señor?

Primero. Pasar del adormilamiento a una conciencia más lúcida y clara. Examinarnos todas las noches antes de dormir: ¿Cómo he vivido hoy el amor a Dios y al prójimo?

Segundo. Caer en la cuenta de las cosas que viven en nuestra penumbra: buenas y malas, cualidades que no uso, defectos que debo corregir...

Tercero. Sentir que Jesús quiere venir a nuestro corazón, y revestirnos de los valores de Cristo, viviendo los valores del evangelio...

Cuarto, Salir de la nube de contaminación en que vivimos, de la desesperanza y el pesimismo...

Nuestra esperanza tiene que “cocinar”, es decir no ser sólo “pasiva”: como el que espera la gracia y venida de Jesús, para comer y beber con él, sino también y sobre todo debe ser “activa”: cocinar, es decir colaborar con él preparándonos con las actitudes de los cuatro puntos anteriores.

San Agustín (354-430) en una homilía dijo:

Que se alegren los cielos y se regocije la tierra ante el Señor que viene

Que griten de júbilo los árboles del bosque. El Señor ha venido una primera ve para juzgar la tierra. Encontrará saltando de gozo a aquellos que han creído en su primera venida, porque viene. Aunque tú seas injusto, ¿el juez no será justo? Porque tú eres un mentiroso, ¿la verdad no será verídica? Si quieres hallar un juez misericordioso, sé tú misericordioso antes de que venga, Perdona si te han ofendido, da de los bienes que posees en abundancia.

Y ¿de qué darás sino de lo que has recibido? Si dieras de tus bienes serías generoso. Pero como das de lo que has recibido del Señor, no haces otra cosa que restituir. ¿Qué tienes que no hayas recibido? Estos son los sacrificios agradables a Dios: misericordia, humildad, agradecimiento, paz, caridad. Si aportamos estos dones, esperaremos con tranquilidad la llegada del juez que viene a juzgar la tierra: gobernará el mundo con justicia, las naciones con fidelidad.

Termino con el soneto del leonés Bernardo Velado Graña (1922-2012):

 

Jesucristo, ayer, hoy y siempre

 

Dos mil años después de tu venida
te espera nuestro mundo en nuevo adviento:
solo contigo cobrará el aliento
para vivir la tierra envejecida.
Tú eres la luz de su razón perdida,
el agua viva de que está sediento,
el verdadero pan del hombre hambriento;
vencedor de la muerte, eres la vida.
Eres alfa y omega de la Historia
que vive de tu cruz y tu victoria.
Tú descubres al hombre qué es ser hombre
y le ayudas a serlo y lo levantas,
por eso el mundo entero ante tus plantas
confiesa el Nombre sobre todo Nombre.

j.v.c. 

 

 

 

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