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¿Qué es el Adviento y cómo vivirlo?

QUE SIGNIFICA “ADVIENTO”

 

Adviento significa tiempo de espera de Alguien o Algo que está por llegar. Por lo mismo es también un tiempo de preparación para recibir a Quien se espera.

María esperó nueve meses el nacimiento de su Hijo, que es el Hijo de Dios y el Salvador. Mientras esperaba se preparó para recibirlo.

Dios esperó muchos siglos el encuentro pleno con la humanidad, su creación, a través de su Hijo Jesús. Esperó guiando a su pueblo, educándolo, animándolo, dirigiéndolo para que pudiera recibir al Prometido desde el Principio.

En la Liturgia católica “Adviento” es el periodo de cuatro semanas que antecede a la Navidad. Un tiempo en que nos preparamos espiritualmente para rememorar y celebrar la llegada del Hijo de Dios, como un niño pequeño, humilde, muy humano, porque quería acercarse más a sus criaturas.

Es el tiempo reservado en nuestras vidas para reflexionar y meditar; vivir y recordar la historia del Nacimiento de Jesús.

Un tiempo especial para pensar sobre el sentido de nuestra vida personal, familiar y social. Porque creemos en el poder de la Promesa de Dios cuando envía a su Hijo al mundo. Es memoria de la Encarnación, de las maravillas de Dios. Es pues un tiempo privilegiado para los cristianos que nos invita a recordar el pasado, a vivir el presente y preparar el futuro.

Tiene como color litúrgico el morado porque significa penitencia y conversión, con la esperanza ante la inminente venida del Señor.

Nos interpele a vivir vigilantes, caminando en la justicia y en el amor por los caminos del Señor. Es tiempo de ofrecer hospitalidad recibiendo a las personas en nuestra casa, en nuestra comunidad, pero sobre todo en nuestro corazón.

Es presencia encarnada del cristiano que cada vez que hace el bien, reactualiza la Encarnación y la Natividad de Jesucristo.

 

SUGERENCIAS PARA VIVIR EL ADVIENTO

  • Preparar en familia el Pesebre, la Corona de Navidad y el arbolito.

    El ideal es que toda la familia, especialmente los niños participen y que sea un acontecimiento familiar al que nadie puede faltar.

    El Nacimiento o Pesebre se puede ir armando poco a poco haciendo que los participantes vayan colocando lo que sea fruto de algunas actividades personales de todos y cada uno.

    Por cada obra buena que se haga se va colocando alguna pieza o figura en el nacimiento. Se irán poniendo pajitas en la cuna u otras figuras adicionales. Procuremos rezar el rosario en familia durante el Adviento y el periodo navideño.

     
  • La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad.
    ¿Qué significa?

    Es circular, símbolo de eternidad. El color verde de su follaje significa la vida siempre abundante que nos trae Jesús, anticipando el follaje siempre verde del árbol de Navidad y remitiéndonos ambos al árbol de la Cruz, que por la Resurrección comunica sus frutos constantemente.

    Va adornada con un listón rojo, símbolo del amor de Dios que nos envuelve y también de nuestro amor que espera con ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. En el centro de círculo se colocan las cuatro velas (pueden ser tres moradas y una rosa o bien todas blancas) para encenderse una cada domingo de Adviento cuando se hace la oración en común.

    La luz de la vela simboliza nuestra fe. Las velas que se encienden cada domingo de la espera, nos conducen a la luz de Jesús, Luz del mundo, que se va incrementando hasta que “se hace presente” en la Navidad.

    El primero y segundo domingo se encienden velas moradas (color de preparación y de espera), el tercer domingo vela rosa, el cuarto nuevamente morada y en la Navidad se enciende una vela blanca significando la gloria de Jesús en medio nuestro.

    Esta luz intensa de las cinco velas en la Noche de Navidad, nos traslada al Cirio encendido en la Vigilia Pascual.
    La Encarnación prepara la Resurrección. Sin Encarnación no habría Resurrección. Sin Resurrección, la Encarnación carecería de sentido y sería algo vacío. La Resurrección es la Luz definitiva que ilumina nuestro caminar. Es la Realidad Total.

    Jesús es la Luz Eterna y la Vida en abundancia, el Amor del Padre presente entre nosotros. De todo eso nos hace participar a través de signos y símbolos, en los cuales nos comunica su Realidad Viva, Amorosa y Luminosa.

 

  • Prepararnos también con el rezo de la Novena que se inicia el 16 de diciembre.
 
 
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