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Semana Santa 2024

Vigesimo Cuarto Domingo Del Tiempo Ordinario

15 de Septiembre de 2019

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

El perdón de Dios: ese es el tema de la liturgia de hoy. Perdón que se hace realidad con la intercesión de Moisés. Perdón que enseña a perdonar y comprender. Y perdón que debe de llevar a la alegría de la fiesta de la comunión y la hermandad.

 

ORACION

Oh Dios, rico en amor y misericordia, con el envío de tu Hijo tú nos invitas a todos a la conversión. Te pedimos que, cuantos nos reunimos en torno a Cristo Jesús, vivamos constantemente la alegría de tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

 

PRIMERA LECTURA: Ex 32:7-11,13-14

La lectura del libro del Éxodo se centra en la función mediadora del Moisés. Moisés le recuerda a Dios que Israel es “su pueblo, el pueblo que Dios sacó de Egipto”. La oración de Moisés, atrae el perdón y una nueva oportunidad de Dios para su pueblo.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 51:3-4,12-13,18-19

R/ ME PONDRE EN CAMINO A DONDE ESTA MI PADRE

Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad,
Por tu gran corazón, borra mi falta.
Que mi alma quede limpia de malicia,
Purifícame de mi pecado. R/

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
Renueva en mi interior un firme espíritu.
No me rechaces lejos de tu rostro
Ni me retires tu Espíritu Santo. R/

Señor, abre mis labios
Y cantará mi boca tu alabanza.
Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré,
Pues no desdeñas a un corazón contrito. R/


SEGUNDA LECTURA: 1 Tm 1:12-17

Pablo se presenta a sí mismo como un pecador redimido por el don gratuito de Cristo. La historia de Pablo es también la nuestra: todos somos pecadores perdonados por Dios y llamados a ser misericordiosos con nuestros hermanos.


ACLAMACION DEL EVANGELIO 2 Co 5:19

Aleluya, aleluya Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación . Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: Lc 15:1-32

Leamos las parábolas evangélicas de la misericordia y pidamos a Dios un corazón parecido al suyo, un corazón misericordioso y siempre dispuesto a perdonar.

 

TEMA: «fundamento de la paz interior»

Las parábolas del Evangelio de este domingo tienen un rasgo común: la alegría, el ser y el permanecer alegres. La alegría es un don del Espíritu Santo. El Papa Francisco ha definido la alegría cristiana como ‘la respiración de un cristiano’, como su aliento vital. La alegría cristiana, que nada tiene que ver con vivir en continuas carcajadas o de forma superficial y despreocupada, no es incompatible con la vivencia del sufrimiento. Es fundamento de la paz interior y del justo equilibrio que los cristianos necesitamos para vivir en la necesaria tensión entre lo que somos aquí y ahora y lo que llegaremos a ser en plenitud.

La fe en Jesús nace de un encuentro cierto, de una experiencia vital, entre el Espíritu del Señor resucitado, presente en la Historia, y el creyente. Muchos de nosotros no hemos pasado por un proceso de conversión parecido al de Pablo, que del judaísmo intransigente pasó a formar parte de la naciente comunidad cristiana, sino que, más bien, nuestra fe la hemos recibido más como herencia cultural que por una conversión personal. Hemos de adentrarnos, por lo mismo, en los misterios de la fe recibida para conocer y vivir en coherencia con el mensaje del Evangelio.

El sacramento esencial de la pertenencia cristiana es la Eucaristía, un banquete ritual en el que el mismo Jesús se hace presente en medio de nosotros en forma sacramental y que se nos ofrece como aliento y alimento. Cada domingo estamos invitados a experimentar con gozo y alegría el banquete del Señor, su comunión con Él y la dicha de reunirnos en su nombre hasta que se cumpla la promesa de su retorno glorioso y definitivo.

 

 

Para reflexionar

¿Hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene?
¿Vivo con coherencia el mensaje del Evangelio?

 

 

 

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