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Semana Santa 2024

Cuarto Domingo de Adviento

23 De Diciembre De 2018

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

María, con su: “hágase en mi según tu palabra” hizo posible el único sacrificio que salva. Gracias a ella la humilde aldea de Belén espera con gozo la venida del nuevo David que trae a todos los hombres la paz y el amor de la salvación.

 

ORACION

Oh Dios misericordioso y compasivo, que tienes predilección por los pequeños, tu enviaste a tu Hijo y llenaste de bendiciones a quienes tenían hambre y sed de salvación. Haz que nosotros, que recibimos con gozo su nacimiento, estemos unidos a él también en nuestra vida misma. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén


PRIMERA LECTURA: Mi 5:1-4

El oráculo de Miqueas se refiere a Belén, patria de David y, a través de David, se refiere al rey mesiánico que espera, descendiente de David. Con esperanza, nosotros también esperamos q este Segundo David, que nos trae la gloria y la salvación.


SALMO RESPONSORIAL: Sal 80:2, 3-4, 15-16

R/ OH DIOS, MANIFIESTATE, ¡HAZ QUE VOLVAMOS Y CONVIERTENOS!.

  1. Escucha, pastor de Israel,
    Tú que te sientas en los querubines, resplandece.
    ¡Despierta tu poder, ven y sálvanos! R/
     
  2. ¡Oh Dios Sabaot, es hora de que regreses;
    Mira de lo alto del cielo y contempla,
    Visita esa viña y protégela, ya que tu derecha la plantó! R/
     
  3. Que tu mano apoye al hombre que hace tus obras,
    Al hijo de hombre que has hecho fuerte para ti.
    Ya no nos apartaremos más de ti,
    Nos harás revivir y tu nombre invocaremos. R/


SEGUNDA LECTURA: Hb 10:5-10

En el cristianismo no hay más sacrificio que el que Cristo hizo de sí mismo una vez para siempre y que la Iglesia rememora y renueva en la celebración eucarística. Agradezcámosle este su sacrificio y prometamos al Señor que seguiremos sus pasos.


Aclamación al Evangelio Lc 1:38

Aleluya, Aleluya. Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS Lc 1:39-45

María creyó y se fio plenamente del Señor al decir: “Hágase en mi según tu palabra.” Y esta fe, proclamada con humildad, es admirada por Isabel. El cristiano cree, y humildemente proclama su fe confiando en la acción divina.


23 de diciembre: CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

Tema: Ya Casi Estamos

El cuarto domingo de Adviento nos deja ya a las puertas de la Navidad. Este tiempo de preparación, que comienza con la perspectiva de la venida del Reino, termina concentrándose en un punto concreto de la historia, de nuestra historia. Allí convergen las promesas de los profetas. Allí se juntan ahora nuestros recuerdos. Todas las miradas se dirigen a Belén. La verdad es que Belén es, por ahora, un escenario vacío. Hasta los protagonistas de nuestra historia, José, María y el niño que está en su vientre, están en camino hacia Belén. No es más que una aldea. Dice el profeta Miqueas en la primera lectura que es “pequeña entre las aldeas de Judá”. Pero esa es la pequeñez que Dios ha escogido para hacerse presente entre los hombres. Allí, en un rincón perdido y escondido, el cielo se juntará con la tierra y lo imposible se hará realidad: Dios se hizo carne en un niño recién nacido. 

Desde entonces, nuestra relación con Dios cambió para siempre. En aquel momento descubrimos que adorar a Dios no es ofrecer sacrificios ni ofrendas. No hay que ofrecer la vida de los animales ni la nuestra propia. Aquí no estamos para morir por Dios sino para vivir por él. Aquí estamos “para hacer tu voluntad”, como dice la lectura de la carta a los hebreos. Y la voluntad de Dios es que vivamos, que seamos felices, que crezcamos y maduremos en el uso de nuestra libertad, que nos respetemos unos a otros porque todos somos miembros de su familia, la familia del Abbá. 

Pero antes de que llegue ese momento tan cercano de la Navidad, la liturgia nos invita a echar a una mirada a la madre, a María. María está alegre, feliz. Siente que la vida crece en su vientre y que esa vida es fruto del Espíritu de Dios. Algo nuevo está creciendo en ella y ese algo es para toda la humanidad. Esa alegría es expansiva, hay que comunicarla, hay que compartirla. Por eso se dirige a las montañas de Judá a encontrarse con su prima, también embarazada. 

En ese encuentro de familia, Isabel, la prima, dice unas palabras inspiradas por el Espíritu de Dios, que hoy llegan hasta nuestro corazón: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de vientre. Dichosa tú que has creído”. De esa forma expresa perfectamente lo que está viviendo María. La fe hace vivir de otra manera. La fe ayuda a comprender la realidad desde una perspectiva nueva y más profunda. El que vive en la fe, como María, vive bendecido por Dios. Y todo lo que toca y dice se convierte en bendición para el creyente y para los que le rodean. Porque conoce en lo profundo de su corazón que el amor de Dios se ha instalado en nuestro mundo. Que nuestra alegría en esta Navidad sea fruto de la fe gozosa en el Dios que se encarna en Jesús.  
 

 

 
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