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Decimotercer domingo del tiempo ordinario (A)

2 de julio de 2017

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

El sacramento del Bautismo nos invita a luchar para morir al pecado y vivir en Cristo. Pero nuestra lucha por hace una sociedad más cristiana nunca se queda sin recompensa: la escena del profeta Eliseo es un signo de lo que de Dios podemos esperar a través de los demás.

PRIMERA LECTURA: 2R 4:8-11, 14-16

Dios nunca se deja ganar en generosidad. Una pequeña obra buena de nuestra parte será siempre oportunidad para recibir la gracia de Dios, que superara todo lo que podemos pensar.

SALMO RESPONSORIAL: Sal 88:2-3, 16-17, 18-19

R/ CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR.

  1. El amor del Señor por siempre cantaré
    Tu fidelidad proclamaré de siglo en siglo;
    Yo digo: tu favor es eterno,
    Al hacer el cielo, pusiste en él tu fidelidad. R/
     
  2. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte,
    y que avanza a la luz de tu faz, Señor;
    tu Nombre es su alegría todo el día
    y lo ensalza tu justicia. R/
     
  3. Tú eres el brillo de su poder,
    De tu bondad nos viene la victoria.
    Nuestro escudo está en la mano del Señor nuestro rey,
    En manos del Santo de Israel. R/


SEGUNDA LECTURA: Rm 6:3-4, 8-11

Pablo nos recuerda que el bautismo nos hace hombres y mujeres nuevos. Gente que se esfuerza por pensar y por vivir como Jesús.

Aleluya

Aleluya, aleluya.
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de las tinieblas y a entrar en su luz maravillosa. Aleluya

 

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO Mt 10:37-42

Jesús nos recuerda que Dios mismo es la recompensa de los que lo siguen. Quien busque otra recompensa fuera de Dios no puede ser discípulo del Señor.

 


2 DE JULIO: DOMINGO 13 DEL TIEMPO ORDINARIO

UN VASO DE AGUA

Lo dice Jesús: “ el que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecitos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro”.


Nos viene a decir que el tema de hoy es “la acogida”.


Ya en la primera lectura de hoy, una mujer acoge al profeta Eliseo: “Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior, le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil y así cuando venga a visitarnos se quedará allí”...


San Pablo nos anima también en su carta a los Romanos: “También nosotros andemos en una vida nueva”...


Y Jesús lo recalca de nuevo en el evangelio: “El que os recibe a vosotros me recibe a mí”...


Ese “vaso de agua” suaviza la dura exigencia de “seguir a Jesús cargando con la cruz”...diaria del trabajo, de la salud, de las incomprensiones mutuas, y lo hace con una nota simpática de humanismo. “Acoger” es también hacer suyo el mensaje del profeta, del mensaje que nos trae.


San Juan Crisóstomo dice en un sermón: “Estos son los sentimientos que se deben tener al recibir a un huésped: la complacencia, el gozo, la generosidad. El huésped es siempre tímido y vergonzoso. Si su anfitrión no lo recibe con gozo, se retira sintiéndose menospreciado, porque es peor ser recibido medianamente que no ser recibido...Abre tu casa, donde Cristo encuentre alojamiento. Di: “Esta es la habitación de Cristo. Esta es la mansión que le está reservada”. Aunque sea muy sencilla, no la va a desdeñar”.


Y San Patricio, el apóstol de Irlanda, en su “Confesión” dice:

Mirad que abandono mi vida al Dios fiel para que tenga valor para hablar de él como debo a pesar de mi bajeza; porque él no hace acepción de personas y me ha escogido para este servicio, a fin de que sea su servidor, uno de los más pequeños entre los suyos. ¡Que por voluntad de Dios no me suceda nunca perder al pueblo que él se adquirió hasta los extremos de la tierra! Pido a Dios que me dé la perseverancia y ser un testigo fiel gracias a mi Dios, hasta que me vaya. Si puedo realizar alguna obra buena para mi Dios, a quien amo, le pido me conceda porder derramar mi sangre entre estos extranjeros y cautivos, en honor de su nombre.”


Quiero terminar con una poesía de la poeta chilena y premio Nobel de Literatura que fue Gabriela Mistral (1889-1945) titulada:

PADRE, HAS DE OÍR

Padre: has de oír
este decir
que se me abre en los labios como flor.
Te llamaré
Padre, porque
la palabra me sabe a más amor.
Tuyo me sé,
pues me miré
en mi carne prendido tu fulgor.
Me has de ayudar
a caminar,
sin deshojar mi rosa de esplendor.
Por cuanto soy
gracias te doy:
por el puro milagro de vivir.
Y por el ver
la tarde arder,
por el encantamiento de existir.
Y para ir,
Padre, hacia ti,
dame tu mano suave y tu amistad.
Pues te diré:
solo no sé
ir rectamente hacia tu claridad.
Tras el vivir,
dame el dormir
con los que aquí anudaste a mi querer.
Dame, Señor,
hondo soñar.
¡Hogar dentro de ti nos has de hacer!
j.v.c.
 

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