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Semana Santa 2024

Solemnidad De Santa María, Madre De Dios.

 

 

Liturgia Del Domingo 1 De Enero de 2017

 

 

Comenzamos un Año Nuevo deseándonos felicidad. También Dios nos felicita bendiciéndonos. Nos felicita con la paz (1a. Lect), haciéndonos hijos suyos en su Hijo nacido de mujer (2ª. Lect.). Y María, la bendita por Dios, recibe la visita y felicitación de los pastores (Ev. ) Que esta bendición de Dios nos acompañe durante un año.

 

TEXTOS BÍBLICOS PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

PRIMERA LECTURA Núm 6: 22-27

La primera lectura ns trae uno de los textos más bellos de todo el Pentateuco. Esta antigua fórmula de bendición nos alcanza la paz de Dios al comienzo del nuevo año.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 67: 2-3, 5, 6y 8

R/ EL SEÑOR TENGA PIEDAD Y NOS BENDIGA

  1. ¡Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
    Nos ponga bajo la luz de su rostro!
    Para que conozcan en la tierra tus caminos,
    Tu salvación en todas las naciones. R/
     
  2. Que los poblados se alegren y te canten.
    Pues Tú juzgas los pueblos con justicia,
    Tú riges a los pueblos de la tierra. R/
     
  3. Que los pueblos te den gracias, oh Dios.
    Que todos los pueblos te den gracias. R/
     
  4. Que nos bendiga Dios y sea temido
    Hasta los confines de la tierra. R/

 

SEGUNDA LECTURA: Gál4: 4-7

Jesús llama a Dios Padre. Nosotros, por la fe, nos hacemos hijos de Dios y con toda confianza le llamamos también Padre. Que el Espíritu nos acompañe siempre para que no sólo de palabra, sino también con las obras vivamos como dignos hijos de tal Padre.

 

ALELUYA: Hb 1: 1-2

Aleluya, aleluya. En distintas ocasiones habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. Aleluya.

 

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: Lc 2:16-21

Al poco tiempo de nacer Jesús es circuncidado y pasa a ser miembro del pueblo elegido. Juntamente se le da un nombre que significa Salvador. Jesús se hace uno de nosotros para salvarnos a todos, para acompañarnos por el camino de todos los días hacia la paz verdadera

 

HOMILÍA

 

Empezamos el año nuevo poniendo los ojos en María, la Madre de Jesús. El evangelio de este domingo nos dice que los pastores encontraron al niño con María su madre y nosotros también. Como dice S. Pablo en la segunda lectura de hoy (Gálatas 4,-7), gracias a ese niño, nacido de María, podemos llamar a Dios “Abba” = Padre. A lo largo de la historia, muchas incomprensiones convirtieron a Abba en el Dios Padre Todopoderoso, lejano, Juez temible. La imagen maternal de Abba quedó oscurecida. Pero por gracia del Espíritu Santo, que cubrió a María con su sombra, hemos recuperado la ternura y la confianza en Abba, volviendo nuestra mirada a María, en la que el Espíritu depositó todo lo que necesitábamos para creer en Dios: auxilio de los cristianos, refugio de pecadores, consuelo de los afligidos...María, la Madre de Jesús, salvó la Buena Noticia; por eso la llamamos también Madre de la Iglesia, porque gracias a ella no hemos perdido la esencia del mensaje de Jesús, hemos recuperado la confianza en Abba. Hoy podemos rezar unos por otros, como en la primera lectura (Números 6, 22-27): “que el Señor nos bendiga y nos guarde; que nos haga sentir su presencia y nos conceda la paz”.

San Proclo de Constantinopla, en un sermón dijo: “La Santa Madre de Dios nos ha reunido aquí, la Virgen María, tesoro purísimo de la virginidad, paraíso espiritual del segundo Adán, lugar de unión de las dos naturalezas, lugar de intercambio en el que se ha concluido nuestra salvación...María, esclava y madre, virgen, cielo, puente único entre Dios y los hombres, telar sobre el cual se tejió la túnica de la encarnación, en el que la unión de las dos naturalezas fue admirablemente confeccionada; el Espíritu Santo ha sido el tejedor de tal maravilla.

Por amor a nosotros, el que por naturaleza es incapaz de sufrir se expuso a numerosos sufrimientos. Cristo no llegó a ser Dios poco a poco ¡de ninguna manera! Sino que siendo Dios, su misericordia hacia nosotros lo impulso a hacerse hombre, tal como lo enseña la fe. No predicamos a un hombre que llegó a ser Dios, sino que proclamamos a un Dios hecho carne. Escogió por madre a su esclava, él que por naturaleza no conoce madre y que, sin padre, se encarnó en el tiempo”.

Quiero terminar con una poesía actual de Sor Pilar López titulada:

 

TU NOMBRE ME SABE A CIELO

Hay una estrella en el cielo,
que reluce como el sol;
es bella, radiante, hermosa,
y Madre del Redentor.
Tres letras tiene su nombre,
sencillas como una flor;
es Señora, Sierva humilde,
y la Esclava del Señor.
Su vida orante, profunda,
y atenta a la voz de Dios;
por ello escuchó a Gabriel
cuando su “Sí”, le pidió.
Fue un regalo precioso
que desde la cruz nos dio,
“Ahí tienes a tu Madre”,
dijo a Juan, el Salvador.
Su vida fue agradable
ante los ojos de Dios;
por ello fue la elegida,
para Madre del Señor.
Es ante todo Mujer
la escogida del Señor,
para ser Madre de todos,
para ser Madre de Dios.
Tu nombre me sabe a cielo,
tu nombre me sabe a amor;
tu nombre, María, tu nombre,
ensancha mi corazón.
Madre sencilla y humilde
de todo el jardín, la flor
más preciosa y reluciente,
perfume del corazón.
 

j.v.c.

 

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