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Vigésimo Segundo Domingo Del Tiempo Ordinario

 

28 De Agosto De 2022

 

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, salvación de los que en tí creen, tú humillas a los que se ensalzan y acoges los que se humillan. Haz que nosotros, reconociéndonos todos igualmente pobres ante ti, podamos encontrar esperanza en la palabra de Jesús. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA: Si 3:17-8, 20, 28-29

La primera lectura nos previene contra la tentación del orgullo. Cuanto mas poder y más éxito tengamos más debemos recordar que nada podemos hacer sin Dios. Ser humilde es permanecer en la verdad.

 

SALMO RESPONSORIAL
R/ PREPARASTE OH DIOS, CASA PARA LOS POBRES.

 

  1. En presencia de Dios los justos se regocijan,
    Y ante Dios saltan y gritan de alegría.
    Canten a Dios y toquen su Nombre.
     
  2. Padre del huérfano, defensor de las viudas,
    Ese es Dios en su santa morada.
    Al solitario le da el calor de hogar,
    Deja libre al presto y lo enriquece.
     
  3. Esparciste una lluvia generosa,
    Para reanimar a los tuyos extenuados.
    Tu familia encontró una morada,
    La que en tu bondad destinadas a los pobres.

 

SEGUNDA LECTURA: Heb 12:18-19, 22-24

Antiguamente Dios se manifestaba con poder y estruendo. A partir de la venida de Cristo Dios se manifiesta en la pequeñez y la alegría de la santidad.

 

ALELUYA

Aleluya, aleluya.

Cargad con mi yugo y aprended de mi---dice el Señor---, que soy manso y humilde de corazón

Aleluya.

 

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS

Renunciar a toda ambicioón es condición para entrar en el reino. Dios nunca se deja vencer en generosidad y premia nuestro desprendimiento con la gracia de la salvación.

 

Ser Hermanos

 

La relación entre los hermanos se profundiza con el paso del tiempo, y «el vínculo de fraternidad que se forma en la familia entre los hijos, si se da en un clima de educación abierto a los demás, es una gran escuela de libertad y de paz.

En la familia, entre hermanos, se aprende la convivencia humana [...] Tal vez no siempre somos conscientes de ello, pero es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo.

A partir de esta primera experiencia de hermandad, nutrida por los afectos y por la educación familiar, el estilo de la fraternidad se irradia como una promesa sobre toda la sociedad»[220].


Crecer entre hermanos brinda la hermosa experiencia de cuidarnos, de ayudar y de ser ayudados.

Por eso, «la fraternidad en la familia resplandece de modo especial cuando vemos el cuidado, la paciencia, el afecto con los cuales se rodea al hermanito o a la hermanita más débiles, enfermos, o con discapacidad»[221].

Hay que reconocer que «tener un hermano, una hermana que te quiere, es una experiencia fuerte, impagable, insustituible»[222], pero hay que enseñar con paciencia a los hijos a tratarse como hermanos.

Ese aprendizaje, a veces costoso, es una verdadera escuela de sociabilidad.

En algunos países existe una fuerte tendencia a tener un solo hijo, con lo cual la experiencia de ser hermano comienza a ser poco común.

En los casos en que no se haya podido tener más de un hijo, habrá que encontrar las maneras de que el niño no crezca solo o aislado.

 

(Tomado de la Exhortación Apostólica sobre el amor en la Familia)

 

 

 
 
 
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