See other templates

 

Semana Santa 2024

Decimocuarto Domingo Del Tiempo Ordinario

 

4 de julio 2021

 

Un profeta desterrado, un carpintero, hijo de María y Pablo, presumiendo de sus debilidades, son los escogidos por Dios para ser instrumentos de su palabra. Las lecturas de hoy nos testimonian con cuánta fatiga la verdad se hace camino entre los hombres.

 

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, cuyo amor no tiene límites, y que nos guías constantemente con tu palabra de verdad. Haz que los que, alrededor de tu altar, aquí nos reunimos, acojamos gozosamente esa tu palabra y podamos alabarte desde lo profundo de nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA: Ez 2:2-25

Dios no deja nunca de dirigir su Palabra al pueblo con el que ha hecho su alianza aunque éste no siempre lo escuche. Del mismo modo nos invita a no cansarnos de hacer el bien y predicar la palabra de Dios a nuestros hermanos.


SALMO RESPONSORIAL

R./ NUESTROS OJOS ESTÁN FIJOS EN EL SEÑOR, ESPERANDO SU MISERICORDIA.

  1. A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo.
    Como los ojos de los siervos se fijan en la mano de su dueño,
    como miran los ojos de una esclava la mano de su dueña,
    así miran nuestros ojos al Señor,
    nuestro Dios, ¿cuándo tendrá piedad de nosotros? R. /
     
  2. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad,
    porque estamos saturados de desprecios.
    Nuestra alma está colmada
    De las burlas de la gente acomodada,
    Del desprecio de los engreídos. R. / 


SEGUNDA LECTURA: 2 Co 12:7-10

San Pablo reconoce humildemente y con esperanza sus limitaciones: sabe que es Cristo quien actúa y lleva adelante su obra evangelizadora.

 

ALELUYA: Lc 4:18

Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para dar la Buena Nueva a los pobres. Aleluya.


EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS: Mc 6:1-6

Dios habla de una manera simple y con medios sencillos. Solamente los que tienen buen oído saben percibir su palabra.

 


El Carpintero

 

Cualquier judío con treinta años cumplidos podía leer y comentar una pasaje profético el sábado en la sinagoga,. Jesús hace uso de esta potestad. En primer momento su “homilía” provoca la admiración de sus convecinos. Pero, luego, la envidia aldeana no les permite admitir la superioridad de Jesús: ¿De dónde saca la sabiduría si es un hombre sin instrucción como nosotros, “un carpintero”? Lucas hace notar que lo que les escandaliza es que en la lectura del profeta Isaías, silencie la alusión a los días de venganza y de revancha a favor de su pueblo y contra sus enemigos por parte del Señor, como hacen los guías religiosos.

 

El pueblo judío, de la mano de sus dirigentes, ha leído selectivamente la Escritura. Han ignorado lo que en ella dicen los profetas del Mesías como siervo sufriente; se han fabricado una imagen del Mesías a la medida de sus sueños y ambiciones de grandeza nacional. No están abiertos a las sorpresas. En vez de acomodarse ellos al actuar de Dios, pretenden que Dios se acomode al suyo. “¿Qué podemos esperar de este Jesús, un profeta sin relevancia, sin cultura?”. Además, le reconocen como el “hijo de María”, una expresión tendenciosa que deja suponer un nacimiento ilegítimo. Podría pensarse que esto obedecería a que José había muerto, pero aún en ese caso lo lógico sería que en aquella cultura tan “patriarcal” le siguieran reconociendo como “hijo de José”. Por otra parte, no será ésta la primera vez que sus enemigos echan mano de esta infamia para desautorizarlo(Jn 8,41). Por lo demás, ¿por qué no hace aquí los milagros que ha realizado en Cafarnaún? Quieren que haga magia natural más que milagros. Éstos suponen una actitud de fe, de la que ellos carecen; “por eso no pudo hacer milagros entre ellos”. Los evangelistas relatan el rechazo de su propio pueblo como profecía y símbolo del rechazo de todo el pueblo judío, sobre todo, de los dirigentes. En Nazaret tratan de despeñarlo; el resultado final será la ejecución ignominiosa de la cruz.

 

 

(Tomado del libro: “Jesús habla hoy)

 

 

 
002145306

Te esperamos en el Centro Loyola

Actividades del Centro Loyola

Volver