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Semana Santa 2024

Vigésimo Primer Domingo Del Tiempo Ordinario

 

23 de agosto de 2020

TEXTOS BIBLICOS PARA LA LITURGIA EUCARÍSTICA

En el camino de la vida siempre hay guías, siempre hay autoridad, pero ésta nunca puede ser causa de soberbia. La autoridad es un servicio que nace como un don a la fe, y es para la edificación de la Iglesia. El plan salvífico de Dios, sus caminos y elecciones son insondables para el hombre.

 

ORACION

Oh Dios, que nos has enviado a tu Hijo Jesús como Salvador, fortalece la fe de los aquí reunidos, para que, alimentados con tu palabra, demos, valientemente, testimonio de Cristo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen

 

PRIMERA LECTURA: Is 22:19-23

Sobná es uno de los mayordomos del palacio. Ha pecado de soberbia. Isaías, en nombre del Señor, le dirige un oráculo anunciándole su destitución La autoridad no es para uno mismo, sino que es servicio a los demás.

 

SALMO RESPONSORIAL: Sal 138:1-2, 4,5 y 7,8

R/ SEÑOR, TU MISERICORDIA ES ETERNA,
NO ABANDONES LA OBRA DE TUS MANOS. 

 

  1. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
    Te cantaré en presencia de dioses extranjeros,
    Postrado hacia tu santo templo. /R
     
  2. Doy gracias a tu nombre por tu amor y fidelidad,
    Pues tu promesa ha superado a tu fama.
    Cuando te invoqué, me escuchaste
    Y fortaleciste mi ánimo. /R
     
  3. El Señor está arriba, pero se fija en el sencillo,
    Y reconoce desde lejos al soberbio.
    ¡Señor, tu amor es eterno,
    No abandones la obra de tus manos!. /R

 

 

SEGUNDA LECTURA: Rm 11:33-36

En las relaciones del hombre con Dios, es Dios el que tiene la iniciativa. Es Dios el que en su bondad decide ser amigo del hombre, guiarlo y colmarlo de bienes. Junto a San Pablo, alabemos a Dios por su infinita generosidad y sabiduría.

 

ACLAMACION DEL EVANGELIO Mt 16:18

Aleluya, aleluya. Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no la derrotorá. Aleluya

 

EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO Mt 16:13-20

Creer en Cristo es creer que es el salvador del mundo, el Mesías. Es creer que Jesús es aquel en quien encuentran respuestas todos los anhelos del corazón humano.

 

 

 

TEMA: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”

 

Quien tiene las llaves de una casa tiene el pode sobre ella. Entra, sale, hace y deshace. Es el caso de Sobná, mayordomo real, que se aprovecha en beneficio propio de su situación privilegiada como encargado del palacio. Dios va a intervenir restituyendo el orden, destituyendo a este mayordomo y “colgará la llave” sobre el hombro de alguien fiel: Eliacín, su siervo. La llave es signo, más que de poder, de una responsabilidad muy grande que hay que cumplir con auténtica fidelidad. El texto profético enlaza con el Evangelio, donde Jesús otorga a Pedro una gran responsabilidad: “te daré las llaves del Reino de los Cielos”. Tener las llaves no es un privilegio sino una responsabilidad de servicio que Pedro tendrá que ir aprendiendo y que le llevará a entregar la vida como su Maestro y Señor, “Mesías Hijo de Dios vivo”. El poder reflejado en las llaves, conferido por Jesús a su Iglesia en la persona de Pedro, “piedra”, es el de abrir, “dar acceso”, al camino y al proyecto del Reino de Dios, así como “cerrarlo” a todo aquello que se aviene mal o lucha denodadamente contra este proyecto de vida nueva y plenitud que Dios nos ofrece.

Jesús lanza a los discípulos la pregunta “¿quién dice la gente que soy yo?” para llegar a la pregunta que a él le interesa formular: “y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. La gente ya tiene una opinión formada sobre Jesús: Juan Bautista resucitado, Elías, que precede a la llegada del Mesías, o un profeta. Estas opiniones apuntan desde luego a la singularidad de la persona de Jesús, es alguien especial, pero ¿y para los discípulos?... Pedro se adelanta y responde afirmando que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios. Se trata de una respuesta “inspirada”. Pedro no sabe en realidad su significado. Esta respuesta de Pedro obedece a una inspiración de lo Alto, no viene “de la carne y de la sangre”. Esta respuesta confirma a Pedro en una misión que se le encomienda y que, para llevarla adelante, necesitará saber el verdadero significado de la misma y no lo que él se imagina. Siguiendo a Jesús, día a día, irá comprendiendo el sentido de su respuesta inspirada y la responsabilidad de su misión de ser “piedra” de la Iglesia de Jesús, representada en ciernes en los apóstoles testigos de estas cosas. Entendiendo poco a poco el mesianismo de Jesús como entrega y servicio estará preparado para desempeñar su propia entrega y servicio. Llaves, atar y desatar: poder responsable que se traduce en un servicio eclesial a todos como primado en el orden de la fe, de la verdad, de la integridad evangélica y la caridad solícita, velando por el bien del rebaño del Buen Pastor.

Hoy Jesús, una vez más pregunta: “¿quién decís que soy?”, pero ahora esta pregunta va dirigida a nosotros. Es un dardo directo a nuestro corazón que Jesús nos lanza como a sus primeros discípulos. ¿Qué respuesta vamos a dar? Jesús no quiere una respuesta académica ni intelectual ni de simple catecismo, prefiere que le demos hoy una respuesta vital. “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” tiene que ser una respuesta que brote desde dentro de nuestro corazón, desde esa vivencia esencial y profunda del mesianismo de Jesús como experiencia vital de su misericordia y de su amor por cada uno de nosotros. Una respuesta que signifique la experiencia en la propia vida de aquello que Pablo dice a los gálatas: “Me amó hasta entregarse por mí”.


     

 

 

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