Hay Que Aceptar Con Sencillez Esta Realidad

 

 

Ante Dios, todos somos débiles, frágiles y pequeños. Hay que aceptar con sencillez esta realidad.

 

Nada de esto es malo. Lo malo es no creer, o hacernos daño a nosotros mismos o a nuestros semejantes, frustrando así el proyecto de felicidad que Dios tiene para cada uno de nosotros.


Tratemos de reconocer ante la mirada misericordiosa de Dios, todo lo que somos: cualidades, limitaciones, luces y sobras… todo lo que nos sobrepasa… Porque podemos alejarnos de Dios, podemos hacer fracasar toda la belleza y bondad de su cariño sobre nosotros… y también, precisamente por ello, podemos experimentar su misericordia.


No olvidemos alimentar la fe en el amor y la misericordia del Padre, revelados en Jesús, toda su vida, muerte en cruz y resurrección.

 

Quiero creer.
Porque, Señor, yo te he visto
Y quiero volver a ver
Quiero creer.
Tú que pusiste en las flores
Rocío y debajo miel.
Filtra en mis secas pupilas
Dos gotas frescas de fe
Quiero creer.
Porque, Señor, yo te he visto
Y quiero volver a ver
Creo en ti y quiero creer.
 
(Gerardo Diego)