¡Hemos vivido un nuevo Pentecostés!

Alguna vez te has preguntado ¿cómo sería estar en el cenáculo el día de Pentecostés? porque en el libro de los Hechos de los Apóstoles (2:1-11) nos encontramos con una historia bastante llamativa, primero porque encontramos una comunidad, en la que están María y los Apóstoles, íntimamente unidos, dedicados a la oración (cfr. Hch 1:14), de pronto, se escucha un ruido, se ven llamas como de fuego sobre sus cabezas y empiezan a hablar en diferentes lenguas. Creo que fue un momento maravilloso en el cual me hubiera gustado estar presente.

 

Ahora bien, ¿qué pensarías si te digo que este año hemos vivido algo parecido en nuestra Iglesia?, puede ser que pienses que estoy exagerando, pero permíteme decirte que no exagero… porque este año el día 9 de junio a las 12 medio día hemos tenido nuestra misa de Pentecostés, y al mismo tiempo dábamos gracias por los 20 años de nuestra Iglesia. Por eso fue un día grande, donde rompimos todos los esquemas, la misa fue al aire libre, con cantos y oraciones en 7 idiomas, ¡un verdadero Pentecostés! Se presentaron ofrendas representativas de varias naciones, recordando la variedad de procedencias de los fieles que componemos esta comunidad parroquial.

 

Creo que la mejor forma de resumir lo que vivimos en este día, será con otra cita de los hechos de los Apóstoles "La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma” (Hch 4:34), porque así fue, todos si hacer distinción de raza, lengua o nación, nos sentimos y compartimos como miembros de una sola familia, en la que Dios Padre es la cabeza, unidos fraternalmente con Jesucristo, nuestro hermano, gracias a la acción y el amor que procede del Espíritu Santo.