Jesucristo Siempre Joven

Reflexiones de la exhortación apostólica del Papa Francisco a los Jóvenes

 

Inspirado en el pasaje de la visita de Jesús y sus padres al templo de Jerusalén, el Papa Francisco recuerda que Jesús no es un solitario. Por ello, “gracias a la confianza de sus padres… se mueve libremente y aprende a caminar con todos los demás”. De este hecho el Papa infiere que: «Jesús tenía una confianza incondicional en el Padre, cuidó la amistad con sus discípulos, e incluso en los momentos críticos permaneció fiel a ellos. Manifestó una profunda compasión por los más débiles, especialmente los pobres, los enfermos, los pecadores y los excluidos. Tuvo la valentía de enfrentarse a las autoridades religiosas y políticas de su tiempo; vivió la experiencia de sentirse incomprendido y descartado; sintió miedo del sufrimiento y conoció la fragilidad de la pasión”.

 El Papa también nos recuerda que los seguidores de Jesús “No somos bichos raros”: “Es cierto que los miembros de la Iglesia no tenemos que ser “bichos raros”. Todos tienen que sentirnos hermanos y cercanos, como los Apóstoles, que «gozaban de la simpatía de todo el pueblo» (Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13). Pero al mismo tiempo tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros sueños que este mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, de la fortaleza, del perdón, de la fidelidad a la propia vocación, de la oración, de la lucha por la justicia y el bien común, del amor a los pobres, de la amistad social.

El Papa llama la atención en este capítulo a la Iglesia, por el peligro de perder el entusiasmo y compromiso: “Nos hace falta crear más espacios donde resuene la voz de los jóvenes”. Ellos ayudarán a mantenerla joven. “A través de la santidad de los jóvenes la Iglesia puede renovar su ardor espiritual y su vigor apostólico”. Finalmente, recuerda el Papa a figuras como María, san Sebastián, San Francisco y otros muchos, jóvenes que apostaron y creyeron en el proyecto de Jesús.
 

 

Papa Francisco