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Ser Grano De Café

Lo oí, sonreí, lo pensé… y decidí contártelo ahora, mientras me tomo eso: una copa de café.

 

Todos tenemos dificultades en la vida, y ¡muchas! ¿Verdad que sí? Pero ante ellas podemos reaccionar “como la zanahoria, o como el blanquillo, o como un grano de café”.


La zanahoria parece fuerte, dura, pero cuando se la sumerge en agua hirviendo, se vuelve débil y fácil de deshacer. ¿Cuántos no se ablandan al enfrentarse a la vida dura? Parecemos fuertes, duros, pero ante la enfermedad, los problemas, lo que no nos va bien…

 

 

El blanquillo posee un interior maleable, pero tras su cocción se vuelve duro y rígido. Hay muchos que se crecen ante la dificultad. Gente débil que se hace dura en sus reacciones, no se deja vencer ante lo que les ataca… Esa actitud es buena, excelente, pero las dificultades tampoco disminuyen ni cambian.


Sin embargo, el café cambia el agua hirviente, ese elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café le hace cambiar su color, y así alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas mejor y haces que todo a tu alrededor mejore. Si no se pueden evitar las cosas tratar de convivir con ellas, cambiarlas de enemigas a compañeras. Todos conocemos gente de esas que conviven con sus enfermedades, con sus trabajos. Tenemos la palabra para hacer nosotros lo mismo.


 

(Tomado de la hoja dominical) 

 

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