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Semana Santa 2024

La Oración Ha De Salir De Un Corazón Humilde

Las palabras del que ora han de ser mesuradas y llenas de sosiego y respeto. Pensemos que estamos en la presencia de Dios. Debemos agradar a Dios con la actitud corporal y con la moderación de nuestra voz. Porque así como es propio del falto de educación hablar a gritos, así, por el contrario, es propio del hombre respetuoso orar con un tono de voz moderado. El Señor, cuando nos adoctrina acerca de la oración , nos manda hacerla en secreto, en lugares escondidos, apartados, en nuestro mismo aposento, lo cual concuerda con nuestra fe, cuando nos enseña que Dios está presente en todas partes, que no oye y nos ve a todos y que, con la plenitud de su majestad, penetra incluso los lugares más ocultos, tal como está escrito: ¿Soy yo Dios sólo de cerca, y no soy Dios también de lejos? Si alguno se esconde en su escondrijo, ¿Acaso no lo veo yo? ¿Acaso no lleno yo el cielo y la tierra? Y también,: En todo lugar los ojos de Dios observan a malos y buenos.

 

El que ora, hermanos muy amados, no debe ignorar cómo orar el fariseo y el publicano en el templo. Este último, sin atreverse a levantar sus ojos al cielo, sin osar levantar sus manos, tanta era su humildad, se daba golpes de pecho y confesaba los pecados ocultos en su interior, implorando el auxilio de la divina misericordia, mientras que el fariseo oraba satisfecho de sí mismo; y fue justificado el publicano, porque, al orar, no puso la esperanza de la salvación en la convección de su propia inocencia, ya que nadie es inocente, sino que oró confesando humildemente sus pecados, y aquel que perdona a los humildes escuchó su oración.

 

 

 

(Del tratado de San Cirilo, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor). 

 

 

 

 

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