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La Luz de la Vida

 

 

En una noche oscura y tormentosa caminaba un hombre por la calle con una linterna encendida. A la vuelta de la esquina se encuentra con un amigo. Este reconoce al de la linterna: es Gino, el ciego del pueblo. Entonces le dice: “Gino, ¿qué haces con una linterna encendida, si no ves?” A lo que el ciego respondió: “yo no llevo la linterna para ver mi camino, ¡me conozco las calles de memoria! Llevo la linterna para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí”

 

Señor, no dejes de darme
Para que pueda compartir,
Sigue perdonándome
Para que yo aprenda a ser indulgente,
Reclama para que no me vuelva avaro,
Persiste en mover mi pereza,
Para que no me instale en el egoísmo,
Enséñame a vivir en el amor
Enséñame a amar con tu corazón,
Y ten paciencia conmigo
Para que no me canse de servirte 

 

 

 

 

 

 

 
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